La unión hace la fuerza y cuando se trata de comer sano, los grupos de consumo ecológico es esa unión que allana el camino para alcanzar objetivos y predicar con el ejemplo.
Que el origen de determinadas enfermedades y el aumento de su prevalencia tiene mucho que ver con la forma de alimentarnos es algo que cada vez menos gente cuestiona. Sin embargo, sigue siendo una minoría las personas suficientemente concienciadas como para modificar su hábitos alimenticios, debido a que ello supone también un cambio de los hábitos de consumo. Esto es algo a lo que no todo el mundo está dispuesto, en unos casos por una mera cuestión económica (lo orgánico es más caro) y en otros por comodidad a la hora de realizar las compras, aunque ya existen algunas opciones que nos lo ponen fácil, como por ejemplo Ecocampo.
Nutrición y convicciones

Fernando Llobell, uno de los cinco socios fundadores de la asociación.
La concienciación de quienes defienden a capa y espada el valor de lo natural y lo ecológico, hasta el punto de haberlo incorporado a su cotidianidad, no suele gestarse únicamente por motivos nutricionales y de salud, sino también por sus convicciones y actitudes ante determinadas prácticas y modelos. Cuestiones como el uso de pesticidas, el maltrato y la explotación animal o las condiciones abusivas que las grandes cadenas imponen a los productores son algunas razones poderosas que muchas personas han decidido salirse del camino marcado por la industria alimentaria.
Y una vez que se tiene claro cómo no alimentarse, el siguiente paso es que los propios consumidores busquen soluciones y mecanismos para abaratar el precio de esos otros productos que queremos que formen parte de nuestra dieta. De momento, y ante la lentitud y pasividad de quienes tienen la facultad de legislar para cambiar las cosas, la solución ha sido crear agrupaciones de consumidores capaces de establecer una relación directa con el productor y eliminar los eslabones de la cadena de distribución que van encareciendo el precio.
La Tierrallana de Albacete
La asociación La Tierrallana de Albacete es un ejemplo de lo que es un grupo de consumo ecológico. No ha surgido ahora, al abrigo de este creciente interés por una alimentación más sana y natural o como experimento de consumo colaborativo, tan de moda ahora. Fue allá por el año 2003 cuando Fernando Llobell, ingeniero agrónomo, y otras cuatro personas que todavía hoy continúan impulsando el proyecto, fundaron esta asociación que con más diez años de recorrido y varios reconocimientos ha sabido mantenerse fiel a los valores que en su día la impulsaron.
Aunque La Tierrallana es de sobra conocida en Albacete, siempre habrá quien no sepa de su existencia. Aquí os dejamos diez buenas razones para asociarse:
1.- La Tierrallana es un claro ejemplo de que existen otras alternativas al modelo de consumo imperante, alternativas que funcionan y que además, funcionan bien. Desde su creación, el número de socios ha aumentado progresivamente hasta llegar a más de 500 familias.
2.- La Tierrallana proporciona a sus socios un lugar en Albacete donde adquirir productos ecológicos y naturales y a los productores un punto de venta para dar salida a sus productos, sin intermediarios de por medio que se lleven el bocado más grande.
3.- Los precios de La Tierrallana son muy ajustados porque sólo aplican un margen del 20% sobre el precio que la asociación paga al productor. Un precio que respeta el coste real, al contrario de lo que ocurre cuando los productos los adquieren las grandes cadenas de distribución y pagan por ellos al producto sólo entre un 20 y un 10% de lo que el consumidor paga finalmente por él.
4.- La Tierrallana no es una tienda al uso a la que llegas, miras, coges, pagas y te vas. Para poder salir con un pan debajo del brazo o con cualquier otra cosas, necesitas un carnet de socio que obtienes al inscribirte en la asociación y pagar una cuota de 30 euros al año.
5.- Es una asociación sin ánimo de lucro y muy transparente. El margen del 20% y las cuotas son para hacer frente a los gastos de gestión, alquiler de local y los sueldos de las dos personas que atienden la tienda, reponen, organizan pedidos, controlan almacén…
6.-En la medida de lo posible, La Tierrallana prima la proximidad y trabaja con productores locales o de lugares vecinos, aunque hay productos, como por ejemplo los embutidos y las carnes ecológicas, que proceden de Segovia porque no hay más cerca. Con esta máxima se procura favorecer a la economía local y evitar el impacto negativo que los largos desplazamientos tienen para los alimentos.
7.- En sus inicios empezaron con el producto fresco (frutas y verduras), pero ahora tienen en catálogo más de 2.000 productos, donde se incluyen algunos de limpieza y cosmética.
8.- Forman parte de Tierrallana personas que comparten valores como la protección del medio ambiente, el cuidado de la salud, respeto a los derechos de los trabajadores, el rechazo del maltrato y la explotación animal… Además, siempre ha ejercido un responsable activismo en causas como la lucha contra los transgénicos.
9.- Como consecuencia de los valores que promulga tiene una estrecha relación y colaboración con otras organizaciones como Greenpeace o Oscar Romero (Comercio Justo).
10.- Consciente de que el consumo es una de las armas más poderosas que tienen los ciudadanos para transformar las realidades que nos vienen impuestas, la asociación no se limita a ser un mero canal de distribución, sino que también desarrolla una intensa labor de concienciación y formación en dos frentes: los consumidores; y los productores que apuestan por la transformación de sus explotaciones convencionales a ecológicas.
La Tierrallana
Calle Ríos Rosas, 19